Los pies son tus mejores amigos.

“Los pies son tus mejores amigos. Cuentan quien eres.

Los pies dialogan con nuestros ojos, con nuestras orejas, con nuestra nariz, con nuestros brazos, con nuestro abdomen y con nuestros sentimientos. Un diálogo que, con frecuencia, va más deprisa de lo que la cabeza es capaz de percibir. Los pies nos llevan hacia delante con precisión. Sienten la base. Lo que toca a las plantas. Registran sensaciones, para después dar un paso al frente o a un lado. Los pies son estructuras mecánicas firmes y complejas. Con sus veintiséis huesos, treinta y tres articulaciones y más de cien ligamentos, músculos y tendones, los pies mantienen el cuerpo erguido y en equilibrio. Empezaron a desarrollarse antes de que nuestros ancestros prehistóricos se pusieran de pie. Cambiaron para adaptarse al entorno y para sobrevivir. Con el paso del tiempo ­­–en este caso más de dos millones de años-, todo aquello que los noruegos hicieron un día por necesidad se ha ido convirtiendo en algo que realizamos por placer. Ya no constituye una obligación. Recorrer un campo sembrado, subir la ladera de una colina y bordear un risco, así como penetrar en el bosque para encontrar un lugar donde encender un fuego, se han convertido en actividades propias del tiempo libre. Los pies que iban a ayudar a las personas a sobrevivir –y que siguen siendo importantes para hacerlo en gran parte del mundo- se han transformado en unas buenas herramientas para encontrar un lugar perfecto en la playa, para dar un rodeo cuando volvemos a casa, para entrar de puntillas en el dormitorio o para dar un paseo con el fin de alejarnos de los problemas.

                                                                

Caminar, Erling Kagge.”

Plaza de las Batallas, Valladolid.



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